Un factor externo esencial para el rendimiento y la capacidad de la batería es la temperatura. Por esta razón, especialmente en invierno, es necesario preacondicionar el vehículo durante el proceso de carga, es decir, calentar la batería y el interior, o enfriarlos en verano. De esta manera no solo ahorrarás energía para usarla durante la conducción, sino que también ganarás eficiencia adicional desde el principio, con una batería a temperatura óptima. Además, las estrategias de operación optimizadas en tu vehículo minimizan los efectos de la temperatura tanto como sea posible. Además de la temperatura, la autonomía también depende del equipamiento opcional (llantas de aleación, neumáticos, etc.) y factores relacionados con el usuario: el uso de sistemas periféricos que consuman energía eléctrica (climatización, asientos calefactables, etc.), peso de la carga y estilo de conducción, etc.